La medida es la acción y el efecto de medir.
Medir es relacionar una magnitud con otra u otras que se consideran patrones universalmente aceptados, estableciendo una comparación de igualdad, de orden y de número. Es decir, el resultado de una medida lleva asociado tres entidades: una magnitud (dimensiones), una unidad (suele indicar también las dimensiones) y una precisión (normalmente entendida como una incertidumbre).
Al realizar el proceso de medición, el valor obtenido y asignado a la medida diferirá probablemente del “valor verdadero” debido a causas diversas. El llamado “valor verdadero” es en realidad un concepto puramente teórico y absolutamente inaccesible. En el proceso de medición únicamente pretendemos estimar de forma aproximada el valor de la magnitud medida. Para ello debemos dar un número con sus unidades y una estimación del error. Dicho de otra manera el resultado de cualquier medida es siempre incierto y a lo más que podemos aspirar es a estimar su grado de incertidumbre.
La incertidumbre es innata a la medida; puede ser disminuida pero nunca anulada, es una medida muy importante de la calidad de un resultado o de un método de medición.
La expresión de la medida de cualquier magnitud, no debe considerarse completa, si no incluye la evaluación de incertidumbre asociada a su proceso de medición.
A modo de conclusión podemos decir que muchas de las decisiones - desde las más sencillas y domésticas, hasta las más complejas dentro del ámbito de la ciencia y la tecnología - han sido y son posibles de tomar debido a la existencia de información aportada por quienes tienen presente la importancia de medir.
Su relación con la Agrimensura
El profesional de la Agrimensura es uno de los poco profesionales altamente preparado y formado para poder cuantificar con la precisión necesaria, las diferentes formas, dimensiones y todas aquellas características que se pretendan conocer de un objeto o fenómeno determinado.
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